5. Pero preste atención diligente, etc. Así los libera y los libera del servicio temporal, para que pueda atarlos para siempre a la autoridad del único Dios verdadero. Por lo tanto, les permite regresar a casa, pero con la condición de que donde quiera que se encuentren sean soldados de Dios; y al mismo tiempo prescribe el modo, a saber, la observancia de su ley. Pero como tal es la vanidad y la inconstancia de la mente humana, que la religión se desvanece fácilmente del corazón, mientras que el descuido y el desprecio se infiltran, exige de ellos celo y diligencia en la ejecución de la Ley. Él lo llama la Ley de Moisés, que no pueden ser llevados de un lado a otro por especulaciones aéreas, sino que permanecen fijos en la doctrina que habían aprendido del fiel siervo de Dios. Toca también el final y la suma de la Ley, el amor a Dios y la adhesión a él, porque la adoración externa de otro modo sería de poco valor. Confirma lo mismo con otras palabras, por las cuales se denota sinceridad, es decir, servir al Señor con todo su corazón y alma.

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