8. Rabino, los judíos, pero últimamente intentaron apedrearte. Cuando los discípulos lo disuaden de ir, lo hacen, no tanto por su cuenta como por su cuenta, ya que cada uno de ellos está alarmado por sí mismo, ya que el peligro era común para todos. Evitando la cruz y avergonzados de poseerla, alegan, lo que es más plausible, que están ansiosos por su Maestro. Lo mismo sucede todos los días con muchos. Para aquellos que, por temor a la cruz, se alejan del cumplimiento de su deber, buscan con entusiasmo excusas para ocultar su indolencia, para que no se les piense que le roban a Dios la obediencia debida a él, cuando no tienen una buena causa para hazlo

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