16. Estos son murmuradores. Los que se complacen con sus lujurias depravadas son difíciles de complacer y malhumorados, de modo que nunca están satisfechos. Por lo tanto, siempre murmuran y se quejan, por muy amables que los traten los hombres buenos. (200) Él condena su lenguaje orgulloso, porque se jactaban arrogantemente de sí mismos; pero al mismo tiempo él demuestra que eran malos en su disposición, porque eran servilmente sumisos por el bien de la ganancia. Y, comúnmente, este tipo de inconsistencia se ve en hombres sin principios de este tipo. Cuando no hay nadie para controlar su insolencia, o cuando no hay nada que se interponga en su camino, su orgullo es intolerable, por lo que se arrogan todo imperiosamente a sí mismos; pero adulan a quienes temen y de quienes esperan alguna ventaja. Él toma a las personas como significando grandeza y poder eternos.

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