Y él enviará a sus ángeles. Describe el efecto de su poder, que enviará a sus ángeles a reunir a sus elegidos de las partes más distantes del mundo; porque por el extremo del cielo se entiende la región más distante. Pero Cristo habla hiperbólicamente, para demostrar que los elegidos, aun cuando fueron llevados lejos de la tierra y dispersados ​​en el aire, serán reunidos nuevamente, para unirse en el disfrute de la vida eterna bajo Él como su cabeza, y disfruta la herencia esperada; porque Cristo tenía la intención de consolar a sus discípulos, para que no se desanimaran por la lamentable dispersión de la Iglesia. Siempre que, por lo tanto, percibamos a la Iglesia esparcida por las artimañas de Satanás, o desgarrada por la crueldad de los impíos, o perturbada por falsas doctrinas, o sacudida por las tormentas, aprendamos a mirar a esta reunión de los electo. Y si nos parece algo difícil de creer, llamemos para recordar el poder de los ángeles, que Cristo nos ofrece con el expreso propósito de elevar nuestros puntos de vista por encima de los medios humanos. Porque, aunque la Iglesia esté ahora atormentada por la malicia de los hombres, o incluso quebrada por la violencia de las olas, y destrozada miserablemente, para no tener estabilidad en el mundo, debemos siempre tener una esperanza segura, porque no será por medios humanos, sino por poder celestial, que será muy superior a cada obstáculo, que el Señor reunirá a su Iglesia.

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