20. Y los hijos de Rubén, el hijo mayor de Israel. Si alguna persona en disputa debe afirmar que una familia no podría aumentar en 250 años a una cantidad tan grande, y así Si rechazamos lo nebuloso que supera la regla ordinaria de la naturaleza, debemos tener en cuenta lo que ya he dicho, que, dado que este aumento dependía del poder de Dios, nada es más absurdo que medirlo según las reglas ordinarias. Porque la intención del Espíritu es representar ante nuestros ojos el increíble poder de Dios en un milagro visible y señal. Mientras tanto, si comparas a la tribu de Rubén con algunas de las otras, presenta en sus números algunas marcas de la maldición, para que podamos deducir que Rubén fue degradado por los honores de su primogenitura; porque las tribus de Simeón, Isacar, Zabulón, Dan y Neftalí eran más numerosas, mientras que solo de José, que era uno de los más jóvenes, descendió una posteridad que casi lo duplicó en número. La bendición de Dios, sin embargo, es más notoria en la tribu de Judá, en correspondencia con la profecía de Jacob; porque por esta prerrogativa, por así decirlo, ya estaba llamada al derecho de primogenitura y a la supremacía, en la medida en que superó a todos los principales.

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