4. Y los pondrás en el tabernáculo. El lugar en sí no tenía poco que ver con la decisión efectiva del asunto; porque se manifestó claramente que Dios era el autor del milagro y, en consecuencia, que el sacerdocio procedía de Él. Porque en otro lugar hemos dicho que todo el gobierno de la Iglesia depende tan completamente de su decreto, que los hombres no pueden interferir con él. Por lo tanto, colocó el arca del pacto en oposición a las voces de todo el pueblo, para dar testimonio de que no se plantearían más disputas con respecto al sacerdote, a quien había designado por su propia declaración y autoridad. Al mismo tiempo, tuvo el efecto de consolar a la gente y silenciar sus quejas de que las varas de todas las tribus fueron traídas en común al santuario ante Dios; porque, aunque se otorgó una dignidad peculiar solo a la de Aarón, la gente dejó de ser un reino sacerdotal. De ahí se deduce que el privilegio honorable conferido a una familia contribuyó al bienestar público de todos; tan lejos estaba de ser el caso que su inferioridad debería haberles causado dolor o envidia.

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