La parte final del versículo 16, Él apareció en su gloria, se refiere a la manifestación que Dios hizo de sí mismo cuando sacó a su Iglesia de la oscuridad de la muerte; así como se dice en otro lugar acerca de su primera liberación, "Judá fue su santuario e Israel sus dominios" (Salmo 114:2) De la misma manera en el presente pasaje, reuniendo nuevamente a su pueblo que se dispersaron, y al levantar su Iglesia, por así decirlo, de la muerte a la vida, apareció en su gloria. Seguramente no es un consuelo común saber que el amor de Dios hacia nosotros es tan grande que tendrá su gloria para brillar en nuestra salvación. Es cierto que cuando los judíos piadosos estaban en medio de sus aflicciones, se les ocultaba la obra del poder divino; pero, sin embargo, siempre lo vieron a simple vista, y en el espejo de las promesas divinas.

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