17. Pero la bondad de Jehová, etc. El salmista no deja nada en qué confiar en los hombres sino la misericordia de Dios; porque sería una necedad atroz buscar un terreno de confianza en sí mismos. Después de haber demostrado el vacío total de los hombres, agrega el consuelo estacional, que, aunque no tienen excelencia intrínseca, que no se desvanece en humo, Dios es una fuente inagotable de vida para suplir sus necesidades. Este contraste debe ser particularmente observado; ¿para quién se desprende de toda excelencia? Los fieles que son regenerados por el Espíritu de Dios, y que lo adoran con verdadera devoción, son las personas a las que no deja nada en lo que pueda descansar su esperanza sino la mera bondad de Dios. Como la bondad divina es eterna, la debilidad y la fragilidad de los fieles no les impide jactarse de la salvación eterna hasta el final de la vida, e incluso en la muerte misma. David no limita su esperanza dentro de los límites del tiempo: la considera de una duración acorde con la gracia en la que se basa. Para la bondad está la justicia unida, una palabra, como hemos tenido ocasión de observar con frecuencia, que denota la protección mediante la cual Dios defiende y preserva a su propio pueblo. Luego se le llama justo, no porque recompense a cada hombre según su desierto, sino porque trata fielmente con sus santos, al extender la mano de su protección sobre ellos. El Profeta ha colocado correctamente esta justicia después de la bondad, como el efecto de la bondad. También afirma que se extiende a los niños y a los niños de los niños, de acuerdo con estas palabras en Deuteronomio 7:9, "Dios guarda la misericordia hasta mil generaciones". Es una prueba singular de su amor que él no solo nos recibe a cada uno individualmente a su favor, sino que también nos asocia a nuestros hijos, por derecho hereditario, para que puedan ser participantes de la misma adopción. ¿Cómo nos rechazará, quien, al recibir a nuestros hijos y a los hijos de sus hijos en su protección, nos muestra en sus personas cuán preciosa es nuestra salvación ante sus ojos?

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