16. Los árboles de Jehová serán saciados El salmista nuevamente trata de la providencia general de Dios para apreciar todas las partes del mundo. En primer lugar, afirma que, por el riego del que había hablado, los árboles se sacian o se llenan de savia, de modo que floreciendo pueden ser un lugar de residencia para las aves. Luego declara que los ciervos salvajes y los conies también tienen sus lugares de refugio, para demostrar que Él no olvida ninguna parte del mundo, que es el mejor de los padres, y que ninguna criatura está excluida de su cuidado. La transición que el profeta hace de los hombres a los árboles es como si hubiera dicho: No es de extrañar, si Dios alimenta tan generosamente a los hombres que son creados según su propia imagen, ya que él no guarda rencor para extender su cuidado incluso a arboles Por los árboles del Señor, se entiende aquellos que son altos y de belleza incomparable; porque la bendición de Dios es más notoria en ellos. Parece poco posible que cualquier jugo de la tierra alcance una altura tan grande y, sin embargo, renuevan su follaje cada año.

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