5 ¿Quién es como Jehová nuestro Dios? El profeta fortalece su posición para la celebración de las alabanzas de Dios, al contrastar la altura de su gloria y poder con su bondad ilimitada. No es que su bondad pueda separarse de su gloria; pero esta distinción se hace con respecto a los hombres, que no serían capaces de soportar su majestad, si no fuera tan amable de humillarse y nos atrajera gentil y amablemente hacia él. La cantidad es que la morada de Dios sobre los cielos, a una distancia tan grande de nosotros, no impide que se muestre cerca de nosotros, y que claramente proporciona nuestro bienestar; y, al decir que Dios es exaltado sobre los cielos, magnifica su misericordia hacia los hombres, cuya condición es mala y despreciable, y nos informa que podría despreciar justamente incluso a los ángeles, si no fuera eso, movido por la consideración paterna, él condesciende a tomarlos bajo su cuidado. Si con respecto a los ángeles se humilló a sí mismo, ¿qué hay que decir con respecto a los hombres, que, arrastrándose sobre la tierra, están completamente sucios? ¿Se pregunta si Dios llena o no el cielo y la tierra? La respuesta es obvia. Las palabras del profeta simplemente significan que Dios puede pisotear a las criaturas más nobles bajo sus pies, o más bien que, debido a su distancia infinita, puede ignorarlos por completo. En resumen, debemos concluir que no es por nuestra proximidad a él, sino por su propia libre elección, que él condesciende a hacernos los objetos de su peculiar cuidado.

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