5 Jehová es misericordioso. Ahora viene a señalar los frutos de ese amor del que habló, poniendo delante de él los títulos de Dios, a fin de que puedan servir para preservar su fe en él. Primero, lo denomina amable, porque está muy dispuesto a prestar asistencia. De esta fuente surge esa justicia que él muestra para la protección de su propio pueblo. Para esto está la misericordia unida, sin la cual no mereceríamos la ayuda de Dios. Y como las aflicciones que nos sobrepasan frecuentemente parecen impedir el ejercicio de su justicia, de ahí se deduce que no hay nada mejor que descansar solo en él; para que su bondad paternal pueda absorber nuestros pensamientos y que ningún placer voluptuoso pueda robarlos a otra cosa. Luego acomoda la experiencia de la benignidad y la equidad de Dios a la preservación de lo simple, es decir, que, como no se diseñan, no poseen la prudencia necesaria para administrar sus propios asuntos. El término, simplificado, a menudo se entiende en un mal sentido, denotando personas desconsideradas y tontas, que no seguirán consejos sanos. Pero, en este lugar, se aplica a aquellos que están expuestos al abuso de los malvados, que no son lo suficientemente sutiles y circunspectos como para eludir las trampas que se les han tendido, en resumen, a aquellos que se extralimitan fácilmente; mientras que, por el contrario, los niños de este mundo están llenos de ingenio y tienen todos los medios a su alcance para mantenerse y protegerse. David, por lo tanto, se reconoce como un niño, incapaz de consultar su propia seguridad y totalmente incapaz de evitar los peligros a los que estuvo expuesto. De ahí la LXX. no he traducido incorrectamente el término hebreo por el griego, τὰ νήπια, niños pequeños. (378) La cantidad es que cuando aquellos que son susceptibles de sufrir no tienen ni la prudencia ni los medios para llevar a cabo su liberación, Dios manifiesta su sabiduría hacia ellos, e interpone la protección secreta de su providencia entre ellos y todos los peligros por los cuales su seguridad puede ser atacada. En resumen, David se presenta a sí mismo como un ejemplo personal de este hecho, en el sentido de que, después de ser reducido al mayor estrecho, por la gracia de Dios, había sido restaurado a su estado anterior.

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