Salmo 13:1

1. Cuánto tiempo, oh Jehová. Es muy cierto que la generalidad de la gente odiaba tanto a David, a causa de las calumnias y los informes falsos que habían circulado contra él, que casi todos los hombres juzgaban que Dios no era menos hostil que Saúl (270) y sus otros enemigos fueron. Pero aquí no ha... [ Seguir leyendo ]

Salmo 13:2

2. ¿Cuánto tiempo tendré consejo en mi alma? Sabemos que los hombres en la adversidad dan paso al descontento y miran a su alrededor, primero a una cuarta parte y luego a otra, en busca de remedios. Especialmente, al ver que carecen de todos los recursos, se atormentan enormemente y se distraen con... [ Seguir leyendo ]

Salmo 13:3

3. Mírame, respóndeme. Como cuando Dios no brinda asistencia a sus siervos con prontitud, parece lógico que no contemple sus necesidades, David, por esta razón, le pide a Dios, en primer lugar, que lo mire y, en primer lugar, segundo lugar, para socorrerlo. Ninguna de estas cosas, es cierto, es ant... [ Seguir leyendo ]

Salmo 13:4

4. No sea mi enemigo. David nuevamente repite lo que había dicho un poco antes sobre el orgullo de sus enemigos, a saber, cómo sería una cosa que no se convertiría en el carácter de Dios si abandonara a su siervo a la burla de los impíos. Los enemigos de David yacían, por así decirlo, en una embosc... [ Seguir leyendo ]

Salmo 13:5

El salmista todavía no siente cuánto se ha beneficiado al orar; pero dependiendo de la esperanza de liberación, que la fiel promesa de Dios le permitió entretener, utiliza esta esperanza como un escudo para repeler esas tentaciones con el terror del cual podría estar muy angustiado. Aunque, por lo t... [ Seguir leyendo ]

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