41. Llorarán, etc. El cambio del tiempo en el verbo del pasado al futuro no interrumpe la continuidad de la narración; y, por lo tanto, las palabras deben explicarse así: aunque clamaron a Dios, sus oraciones fueron rechazadas por él. Él persigue el mismo tema que era su objeto ilustrar antes, a saber, que al final se manifestó del problema que sus enemigos se jactaban falsamente de tener el apoyo y el semblante de Dios, quien demostró que se había alejado de ellos. Es cierto que cuando sus asuntos continuaron de manera próspera, a veces recibieron tantos aplausos y elogios, que comúnmente se creía que Dios era favorable para ellos, mientras que, al mismo tiempo, parecía oponerse a David, quien aunque lloró noche y día ante él, lo encontró en vano. Pero después de que Dios había probado suficientemente la paciencia de su siervo, los rechazó y los decepcionó de su vana esperanza; sí, más bien no se dignaría a escuchar sus oraciones. Ahora percibimos el diseño de David en estas palabras. Como el impío había abusado malvadamente durante mucho tiempo del nombre de Dios, al pretender que favorecía sus procedimientos injustos, el salmista se burla de su vana jactancia, en la que estaban completamente decepcionados. Debe observarse que aquí él habla de hipócritas, que nunca invocan a Dios con sinceridad y verdad. Porque esta promesa nunca fallará,

"El Señor está cerca de todos los que lo invocan, de todos los que lo invocan en verdad" (Salmo 145:18).

Por lo tanto, David no dice que sus enemigos fueron rechazados cuando recurrieron a Dios con sincero afecto de corazón, sino solo cuando, con su habitual desilusión, pensaron que Dios, por así decirlo, estaba obligado a conducir y avanzar a sus malvados. empresas. Cuando los impíos, en el extremo de su angustia, derraman oraciones, y cuando, abatidos por el miedo y temblando con el temor de los males inminentes, muestran una apariencia de humildad, no obstante, no cambian su propósito para verdaderamente arrepentirse y enmendar el mal de sus caminos. Además, en lugar de ser influenciados por la fe, son activados por la presunción y la dureza de corazón, o expresan sus quejas en duda, más bien con el propósito de murmurar contra Dios, que de depositar su confianza en él familiar y confiadamente. De este pasaje podemos obtener una advertencia provechosa, a saber, que todos los que traten a los pobres afligidos con burlas crueles, y que rechacen con orgullo a los que acuden a ellos como suplicantes humildes, experimentarán que Dios está sordo a sus oraciones. El siguiente versículo nos enseña que, después de que Dios ha desechado a los impíos, los deja para ser tratados con todo tipo de indignidad, y los abandona para ser pisoteados, como el lodo de las calles. No solo declara que cuando el orgulloso y el cruel le griten en su aflicción, él cerrará los oídos contra su grito; pero también amenaza con que, en el curso de su providencia retributiva, sean tratados de la misma manera que tratan a los demás.

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