24. ¡Han visto tus pasos, oh Dios! Este versículo puede referirse a procesiones de tipo bélico, o las que se hacen en tiempos de paz por aquellos que dan gracias por la victoria. Es habitual que el pueblo de Dios, en ocasiones de la última descripción, salga y presente ofrendas de paz en el templo. Esto ha llevado a algunos a entender por los pasos de Dios, (46) las multitudes de su pueblo cuando proceden al templo. Pero estoy dispuesto a pensar que Dios mismo está aquí representado como un rey que dirige y dirige sus ejércitos. En consecuencia, se agrega, en el santuario, bajo la cual hay una alusión adecuada al símbolo visible de la presencia Divina. La gran razón por la cual Dios se hace cargo de la tutela de su pueblo, y va delante de ellos para repeler los ataques del enemigo, es que él ha prometido que escuchará sus oraciones en el santuario. Por lo tanto, se lo describe como si fuera visto salir de su habitación sagrada, para poder llevar a su pueblo a la victoria. David lo llama su Rey, para desviar la atención de la gente de sí mismo y llevarlos a ver un nombre que pertenecía a un hombre mortal frágil como él, en su aplicación más elevada a la Cabeza suprema de todos. Habla, es cierto, en nombre de las personas, pero no con exclusión de sí mismo.

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