Génesis 21:10, 11: "Por lo cual dijo a Abraham: Echa fuera a esta sierva ya su hijo, porque el hijo de esta sierva no será heredero con mi hijo Isaac". El hijo de la esclava es la propia justicia de los hombres; que es el hijo del primer pacto, dado en el monte Sinaí, que es Agar; e Isaac, el hijo de la mujer libre, es Cristo, aplicado al alma por la fe: es el hijo de la promesa, y el hijo de la mujer libre: al menos esto es parte del significado.

Es Sara, la madre de Isaac, la que insta a que se eche fuera a la esclava; así es la iglesia en su ministerio y ordenanzas, que es la madre de Cristo en las almas de los creyentes, que insta a echar fuera nuestra propia justicia legal. Es Cristo el heredero de las bendiciones del pacto; es sólo por sus méritos que tenemos derecho o título a esas bendiciones; debemos desechar nuestra propia justicia, y no tener ninguna consideración con ella, como si tuviera un derecho, o como si un derecho viniera de eso.

["Y la cosa era muy grave a los ojos de Abraham, a causa de su hijo".] Esto significa cuán duro y doloroso les parece a las personas echar completamente fuera su propia justicia, el hijo del pacto legal del monte Sinaí, porque son nuestras propias obras, nuestra propia descendencia, que nos son queridas, como Ismael lo fue para su padre Abraham.

Génesis 22

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