1. Que el tiempo al que se refiere Juan 16:25 ss. es la misma que la descrita en Juan 16:20-24 se indica por el hecho de que aquí se expresa la misma gran característica del período mencionado como en los versículos anteriores: la comunicación con el Padre en el nombre de Cristo.

También lo indica el hecho de que después de la ταῦτα λελάληκα de Juan 16:25 no hay una clara sugerencia de un nuevo tema, tal como encontramos en Juan 15:12 ; Juan 15:18 .

2. La fuerza de las palabras καὶ οὐ λέγω κ. τ. λ. de Juan 16:26 es sin duda esta: que no sería necesaria la presentación de una petición de parte de Él mismo, porque el Padre tendría un amor personal e independiente por ellos en base a su aceptación de Él y amor hacia Él. Las palabras “yo no digo”, en lugar de una expresión como “niego que quiero, o digo que no quiero”, así como la naturaleza misma de la relación entre Jesús y los discípulos podemos añadir, las indicaciones en otra parte dado de Jesús como un intercesor muestra que Él no quiere negar que así pedirá al Padre por ellos.

De hecho, no necesitaba asegurarles esto, porque no podían dudar de que así sería. Pero el único pensamiento aquí es que puedan tener confianza, cuando se acerquen al Padre en oración, que Él tiene un amor personal por ellos, y, por eso, estaría listo para responder a sus peticiones y esto sería un elemento vital. en su futura alegría permanente.

3. Las palabras de los discípulos en Juan 16:29-30 , que tienen una especial referencia a Juan 16:28 , en su conexión con lo que precede, son una nueva declaración y medida de su creencia. Viniendo, como lo hace esta declaración, al final de los discursos y conversaciones de Jesús en los caps.

13-16, debe considerarse como su profesión de fe en vista de este último y más notable σημεῖον, en la esfera, no de obras, sino de palabras; y, por su posición y su contenido tomados en conjunto, muestra un aumento en su creencia más allá de cualquier expresión anterior.

4. En Juan 16:31-32 Jesús reconoce su fe (ἄρτι πιστεύετε es una afirmación, no una pregunta), y, al mismo tiempo, les recuerda que aún no está perfeccionada. Mostrará su debilidad restante a medida que se acerquen los males y los peligros. Por eso les ha hablado todas las palabras de este discurso (la ταῦτα λελάληκα de Juan 16:33 remite a todo el cap. 15, 16), para que tengan paz y buen ánimo en medio de la tribulación, estando seguros que Él ha vencido al mundo.

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