37 La historia de la proclamación del reino en Hechos y lo que se predice en las epístolas de la circuncisión y la Develación confirma plenamente el pronóstico de nuestro Señor. Estaban los siete hijos de Sceva (Act_19:15), los lobos en Éfeso (Act_20:29), los ricos en (Stg_5:1), los falsos profetas de segundo Pedro y los que los siguen, los que se deslizan, según a (Jud_1:4), y muchos en la Revelación, como los falsos apóstoles (Rev_2:2), los que son de la sinagoga de Satanás (Rev_2:9), los Nicolaítas (Rev_2:15), Jezabel (Rev_2: 20), y la gran Babilonia (Rev_18:1 - Rev_19:5) todos estos hipócritas eran como cizaña en el campo, y se les ha permitido florecer hasta ahora.

Pero cuando llegue la cosecha, los impíos serán apartados de entre los justos y entregados al juicio. Tal separación no tendrá lugar en el cuerpo de Cristo. Sus miembros están más allá de la esfera de condenación (Rom_8:1). No hay excusa para que tengan compañerismo con los incrédulos (2 Corintios 6:14). Deben estar separados. Este pasaje no tiene nada que ver con nuestra conducta. Se refiere únicamente a la Circuncisión.

44 En un país sujeto a revoluciones, invasiones y ladrones, era costumbre esconder el dinero y los objetos de valor en bóvedas secretas parecidas a cisternas en los campos. Estos no se encuentran rara vez por accidente y, a menudo, causan mucha excitación. Sería peligroso cavar en el campo de otro hombre. De ahí la compra. Israel es el tesoro. El campo es el mundo (ver 38). Para poseer el tesoro, el Hijo del Hombre lo da todo y compra el mundo. Ha pagado en exceso su precio con Su sangre.

45 La parábola de la perla es otro aspecto de la verdad revelada por la parábola del tesoro escondido en el campo. El mar es un cuadro de las naciones, entre las cuales está esparcido Israel. La dispersión entre las naciones es la perla preciosa buscada por el Comerciante, Quien entregó todas Sus riquezas para comprarla para Sí mismo. Ellos serán Su tesoro especial en ese día. No hay fundamento para la idea popular de que Cristo es la perla que encuentra el pecador que busca la salvación.

Él es ciertamente precioso, pero los pecadores no lo son, los buscadores. Siempre es el Salvador quien encuentra a los perdidos. No está perdido ni escondido. Aquí hay otro aspecto de la dispersión de Israel entre las naciones. Al final de este eón, todavía en el futuro, Israel será elegido de entre todos los pueblos. Habrá una separación, como se indicó en la parábola de la cizaña, y los malos serán destruidos en los terribles juicios de las siete copas (Ap_15:5; Ap_16:21).

53-58 Compare Mar_6:1-6.

53 A pesar del trato que había recibido cuando visitó Nazaret antes (Lucas 4:15-30), cuando en realidad habían tratado de matarlo, y el hecho de que sus propios hermanos lo habían declarado loco, Él regresa graciosamente a la el hogar de Su juventud, permaneciendo esta vez todo el tiempo que Él deseaba, y sin encontrar abierta hostilidad. Puede ser que Él quisiera refutar los rumores que Sus hermanos habían esparcido acerca de Él con Su presencia y sanando a sus enfermos.

Pero a los nazarenos les resultó imposible dejar de lado sus prejuicios. ¿Cómo podía Él, un mero habitante de ellos, llegar a ser algo? Sabían todo acerca de Él y Su familia. Así fue con los profetas, y continúa hasta el día de hoy. Ningún hombre de Dios necesita esperar el reconocimiento de aquellos con quienes está familiarizado.

54 Véase Juan_7:16-17.

55 Véase Isa_49:753:2; Isa_49:3 Act_1:14.

1-5 Comparar Mar_6:14-20 Luk_9:7-9.

1 Hay varios miembros de la familia herodiana a los que se hace referencia en las Escrituras. Este, usualmente llamado Herodes Antipas, era uno de los hijos de Herodes el Grande (Mat_2:1 Luk_1:6) quien había buscado matar a nuestro Señor poco después de Su nacimiento. También se mencionan dos de sus medios hermanos, Herodes Felipe I. quien se había casado primero con Herodías (Mat_14:3 Mar_6:17 Luk_3:19), y Herodes Felipe II. (Luc_3:1). Archclaus (Mat_2:22) era su hermano completo.

Otro medio hermano, Aristóbulo, fue el padre de Herodes, rey de Calcis (Act_25:13), Herodes Agripa I. (Act_12:1-23), y Herodías, cuyo matrimonio, primero con Herodes Felipe I. y luego con Herodes Antipas, fue la causa de la muerte de Juan el Bautista. Agripa II. (Act_25:13) era hijo de Agripa I. Berenice (Act_25:13) y Drusila (Act_24:24) eran sus hermanas. Herodes el tetrarca, al que se hace referencia aquí, era hijo de Herodes el Grande y de una mujer samaritana llamada Maltace. Después de la muerte de su padre, los romanos lo nombraron tetrarca de Galilea y

Perea, de modo que la mayor parte del ministerio de nuestro Señor se llevó a cabo en sus dominios. Su primera esposa fue una hija de Aretas, rey de Arabia, quien le hizo la guerra y lo venció porque había repudiado a su hija para casarse con Herodías, la mujer de su medio hermano Felipe. Esta mujer lo llevó a su ruina. Ella era extremadamente ambiciosa y lo indujo a ir al emperador en Roma y buscar el título de rey. Pero el hermano de Herodías, Herodes Agripa I, presentó acusaciones contra él, por lo que Calígula lo desterró a la Galia, donde parece haber muerto.

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