7 El que venciere heredará todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Las escrituras dejan en claro que  vencemos al ser lavados en la sangre del Cordero.   Todos los que acepten el sacrificio expiatorio de Jesús en la cruz para el perdón de sus pecados y beban el agua viva que viene de Jesús se convertirán en hijos de Dios y heredarán todas las cosas de Dios. Si uno hereda todas las cosas, no excluiría nada dado.

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