Análisis del capítulo

Este capítulo 1 Timoteo 1 comprende los siguientes temas:

(1) El saludo a Timoteo, de la manera usual en que Pablo presenta sus epístolas; 1 Timoteo 1:1.

(2) El propósito por el cual lo había dejado en Éfeso; 1 Timoteo 1:3. Era que él podría corregir las falsas instrucciones de algunos de los maestros allí, y especialmente, como parecería, con respecto al verdadero uso de la ley. Dieron importancia indebida a algunas cosas en las leyes de Moisés; no entendieron la verdadera naturaleza y diseño de sus leyes; y mezclaron en sus instrucciones muchas cosas que eran meras fábulas.

(3) El verdadero uso y diseño de la ley; 1 Timoteo 1:5. Fue para producir amor, no vanas sacudidas. No fue hecho para amarrar la conciencia por austeridades y ceremonias vanas y problemáticas; era para contener y atar a los malvados. El uso de la ley, de acuerdo con estos maestros, y de acuerdo con las nociones judías prevalecientes, era prescribir una gran cantidad de formalidades y asegurar la conformidad externa en una gran variedad de ritos y ceremonias. Pablo instruye a Timoteo para que les enseñe que el amor, con un corazón puro y una buena conciencia, era el principio elemental de la religión, y que la "ley" fue diseñada principalmente para restringir y controlar a los impíos, y que el evangelio trajo a la luz y hizo cumplir esta importante verdad.

(4) La mención del evangelio a este respecto lleva a Pablo a expresar su agradecimiento a Dios por haber recibido este mensaje de salvación; 1 Timoteo 1:12. Una vez tuvo las mismas opiniones que los demás. Pero había obtenido misericordia, y se le permitió publicar ese glorioso evangelio que había arrojado tanta luz sobre la ley de Dios, y que había revelado un plan de salvación que merecía la aceleración universal.

(5) Este solemne deber de predicar el evangelio se compromete ahora con Timoteo, 1 Timoteo 1:18-2. Él dice que había sido llamado a la obra de acuerdo con las profecías que se le habían pronunciado en anticipación de su futura utilidad en la iglesia, y con la expectativa de que él, como algunos otros, no naufragara en su fe.

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