Convertido en sangre: este milagro tendría cierta semejanza con los fenómenos naturales y, por lo tanto, sería uno que Faraón podría ver con asombro y consternación, pero sin una convicción completa. Es bien sabido que antes de la subida el agua del Nilo está verde y no es apta para beber. Hacia el 25 de junio se pone claro, y luego amarillo, y poco a poco rojizo como ocre; un efecto debido a la presencia de criptógamas microscópicas e infusorios.

El carácter sobrenatural de la visitación fue probado por lo repentino del cambio, por su conexión inmediata con las palabras y el acto de Moisés, y por sus efectos. Mató a los peces e hizo que el agua no fuera apta para su uso, ninguno de los cuales sigue a la decoloración anual.

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