Como el matrimonio era obligatorio para los judíos, su prohibición a Jeremías era una señal de que la inminente calamidad era tan grande como para anular todos los deberes ordinarios. Jeremías no estaba casado, pero la fuerza de la señal radicaba en que era una excepción a la práctica ordinaria de los profetas.

En este lugar - Toda Judea.

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