El autor de este salmo, a partir de los que lo preceden inmediatamente, es desconocido. Es muy general en su carácter y no hace alusión a ninguna circunstancia por la cual se pueda determinar el nombre del autor o la ocasión en que fue escrito. En relación con los cinco salmos siguientes, constituye lo que se conocía entre los hebreos como el "Hallel"; es decir, la canción de alabanza, cantada en grandes ocasiones, en los festivales anuales, y especialmente en la Pascua y la Fiesta de los tabernáculos. Buxtorf, Léxico. Tal., P. 613 y col.

Este salmo, que es expresivo de la majestad de Dios, como un reclamo de alabanza universal, consta esencialmente de dos partes:

I. La declaración general de que Dios debe ser alabado, y un llamado a todos a participar en ese servicio, Salmo 113:1. II. Razones por las que debe ser alabado, Salmo 113:4.

(1) está exaltado sobre todas las naciones, Salmo 113:4;

(2) Ninguno puede compararse con él, Salmo 113:5;

(3) es condescendiente y mira con interés las cosas en el cielo y en la tierra, Salmo 113:6;

(4) Él exalta a los pobres a posiciones de honor e influencia, Salmo 113:7;

(5) Constituye y designa familias, con todo lo que es tierno y alegre en la relación doméstica, Salmo 113:9.

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