y esto, no como esperábamos, sino que primero se dieron a sí mismos al Señor, ya nosotros por la voluntad de Dios. [El apóstol aquí expone la generosidad de los macedonios, y muestra que por su propia voluntad, y sin ninguna súplica de su parte, dieron, no solo de acuerdo con sus medios, sino incluso más allá de sus medios. Cuando él, reconociendo que estaban dando más allá de sus posibilidades, trató de contenerlos, lo asediaron con insistentes súplicas, tanto para que se les permitiera ejercer la gracia de la generosidad que Dios había puesto en sus corazones, como para que pudieran tener comunión en una obra tan digna como ministrar a las necesidades del pueblo de Dios.

El apóstol, conociendo su pobreza, había esperado poco de ellos, pero habían superado todas sus expectativas, porque (y aquí estaba el secreto de su liberalidad) habían entregado su voluntad a la voluntad de Dios, de modo que antes de intentar dar su dinero que primero se habían dado a sí mismos al Señor, y al apóstol como siervo del Señor.]

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento