El mismo hecho de que Job no pudiera realizar una función administrativa como la de juzgar a los impíos, prueba que Job no puede salvarse a sí mismo. "Solo si Job pudiera llevar a cabo una tarea tan asombrosa, Dios admitiría la independencia y autosuficiencia del quejoso y la validez de sus críticas" (Bible Knowledge Comm. p. 771).

En el capítulo anterior, Dios había mencionado varios animales, pero en este capítulo y en el próximo se centrará en dos, "generalmente considerados los más extraños en la tierra y los más salvajes en el mar" (Zuck p. 177).

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