Y a la mujer se le dan las alas de una gran águila para volar al desierto donde Dios tiene un lugar para protegerla y nutrirla. El Señor proveyó una vía de escape para la iglesia perseguida, la cual la sacó del alcance del poder del Diablo. El diablo se representa como una serpiente que se arrastra; pero la iglesia como volando en alas.

Entonces la serpiente echó de su boca un torrente de agua tras la mujer para llevársela con el torrente. Pero vuelve a fallar. La tierra ayudó a la mujer abriendo su boca y tragando la corriente. A Dios nunca le faltan recursos. Todos los recursos de la tierra y el cielo están a su disposición. Aquí vemos cómo las providencias del mundo están del lado de la iglesia de Dios. Las estrellas en sus cursos lucharon contra Sísara, lo que puede referirse a las tormentas que ayudaron a Israel a ganar su batalla; y aquí la tierra extiende su mano amiga para salvar al pueblo de Dios y la causa de Dios. El Dios de la iglesia es el Dios de la naturaleza y el Dios de la providencia; y puede mandarlos en cualquier exigencia que se presente.

La palabra final del capítulo es que "el dragón se enojó contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el remanente de su simiente". Los siguientes capítulos mostrarán algo de esa guerra en relación con el próximo período de la vida de la iglesia. El capítulo doce ha estado preparando el escenario para la próxima era de persecución, que ahora estamos listos para considerar. El capítulo doce comenzó trayendo a Cristo a la escena como el Mesías nacido de mujer.

Procedió a mostrar el diseño de Satanás para destruir al Salvador del mundo. Pero los esfuerzos de Satanás resultaron inútiles, porque Cristo fue elevado a Dios ya su trono. Entonces Satanás dirigió su atención a perseguir a la iglesia; y el próximo capítulo continúa la historia.

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