La sustancia de esta larga digresión en lo que se refiere al presente capítulo puede expresarse así: 'Os he estado exhortando al deber de absteneros de las cosas lícitas cuando al complacerlas se hiere la conciencia de vuestros hermanos más débiles, y sus almas en peligro Pero en esto no ordeno nada que yo mismo no practique. Por ejemplo, aunque tengo derecho, sobre todo principio de derecho natural y precepto de las Escrituras, al apoyo temporal de las iglesias a las que sirvo en cosas santas, me he abstenido cuidadosamente de recibirlo, tanto de ustedes como de otras iglesias, para no poner en peligro me expongo a la mala interpretación, y así entorpezco el Evangelio de Cristo.

Y sobre este principio actúo en todo, esforzándome sólo en la mejor manera de ganar almas. Tampoco se hace esto sólo con miras al bien de los demás; porque sólo mediante una vida de abnegación sistemática y continua puedo considerarme a mí mismo a salvo para la eternidad.'

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento