Cuando el evangelio es fielmente predicado y acompañado por las influencias del Espíritu Santo, los hombres de todas las clases lo abrazan. Es posible que hayan seguido a engañadores astutos y se hayan hundido en la oscuridad espiritual y la muerte; sin embargo, cuando creen y siguen a Aquel que es la luz del mundo, abandonan a sus guías ciegos y ya no andan en tinieblas, sino que tienen la luz de la vida.

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