Temía a la multitud ; tenía miedo de que, si daba muerte a Juan, se rebelaran y le causaran problemas; por tanto, no lo mató, sino que lo puso en la cárcel. Los hombres a menudo están dispuestos a cometer crímenes, de los cuales sólo se refrenan por el temor al hombre y otras consideraciones egoístas. Esto muestra que sus corazones son peores que sus vidas, y que temen más al hombre que a Dios.

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Antiguo Testamento