Cuando no entendemos claramente las Escrituras, debemos pedirle a Dios que nos enseñe. Y aunque puede ver que un uso correcto de nuestras facultades habría eliminado nuestra ignorancia, sin embargo, si deseamos sinceramente conocer la verdad, él, en el uso apropiado de los medios, nos instruirá y nos hará sabios para la salvación.

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Antiguo Testamento