¿Herirías, etc.] Si el rey no hirió a los cautivos que había tomado por su propio valor, mucho menos podría esperar que se le permitiera herir a los que habían sido entregados en sus manos por otro. El profeta, al preservar sus vidas, se aseguró de que la información sobre sus maravillosos poderes fuera transmitida al rey sirio.

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