Los enfermos de parálisis. Llamada de Mateo. Crianza de la hija de Jairo

1-8. El paralítico sanó y sus pecados perdonados ( Marco 2:1 ; Lucas 5:17). La peculiaridad de este milagro es que se trabajó para probar una doctrina, y eso frente a la oposición. Estaban presentes ciertos escribas y fariseos, algunos de los cuales sin duda habían venido de Jerusalén expresamente para oponerse a Jesús. Jesús enseguida les lanzó un desafío diciéndole al hombre: "Hijo, tus pecados te son perdonados". Los escribas entendieron que esto significaba que él decía que perdonaba los pecados como solo Dios puede hacerlo. En lugar de repudiar esta sugerencia, como hubiera hecho un simple hombre, Jesús la aceptó y procedió a probar Su afirmación mediante un milagro. 'Si es más fácil', dijo, 'decir: Tus pecados te son perdonados; o para decir: Levántate y anda? El primero, por supuesto, es más fácil. Cualquier impostor puede decir: 'Tus pecados te son perdonados', porque es imposible para los hombres saber si las palabras han surtido efecto o no.

Este milagro, como la resurrección, puede ser considerado como una reivindicación por Dios mismo del carácter de Jesús. Ningún hombre podría hacer las afirmaciones que hizo Jesús sin verse expuesto a las más graves imputaciones sobre su carácter. O era el Hijo de Dios, o, como bien decían los escribas desde su punto de vista, un blasfemo. Por lo tanto, en este milagro, Jesús apeló deliberadamente al juicio de Dios, y Dios, al obrar el milagro, reivindicó el carácter de Jesús.

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