Salomón tu siervo Habla muy sumisamente, y se llama a sí misma su sierva y su hijo su siervo. Los ojos de todo Israel están puestos en ti. Esto dijo ella para librarlo de todo temor de una rebelión como la que había suscitado Absalón; el pueblo aún no se había unido a Adonías, pero continuaba en suspenso hasta que el rey había declarado su opinión acerca de su sucesor.

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