No habia espada ni lanzaEsto, al parecer, debe limitarse a los seiscientos que estaban con Saúl y Jonatán; porque, sin duda, había un número considerable de espadas y lanzas entre los israelitas, pero generalmente las escondían, como ahora lo hacían con sus personas, de los filisteos. Y los filisteos aún no habían alcanzado un poder tan grande sobre ellos como para desarmarlos por completo, pero pensaron que era suficiente para evitar la fabricación de nuevas armas, sabiendo que las antiguas pronto serían deterioradas e inútiles. También había otras armas más comunes en aquellos tiempos y lugares que espadas y lanzas; a saber, arcos y flechas, hondas y piedras. Y además de estos, la gente en la antigüedad solía utilizar garrotes con los que golpear a sus enemigos; y, antes de la invención de las lanzas con punta de hierro, tenían estacas afiladas endurecidas al fuego, como nos informan muchos autores.

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