Y sucedió que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en la mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y Jonatán, sino que se halló allí con Saúl y con Jonatán su hijo.

Ver. 22. No se encontró ni espada ni lanza. ] Y sin embargo, los israelitas tuvieron el día y regresaron cargados de armas y de victoria. Ninguna armadura es prueba contra el Todopoderoso. Excelente Gregorio, Armati ab inermibus victi sunt ut totum quod vincitur Omnipotentis Dei laudibus tribuatur.

Pero con Saúl y con su hijo Jonatán.] Los hebreos dicen que los ángeles les trajeron estas armas; pero eso no es probable.

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