Los saludó, les habló con bondad y no los culpó porque no siguieron adelante con ellos. No les daremos nada del botín. Esta fue la resolución de los que no temieron a Dios, ni miraron al hombre; y fue tan poco generoso e injusto como cruel; porque sus hermanos se habían quedado atrás, no por elección, sino por mera necesidad, al no poder viajar más lejos.

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