Se tomó el arca de Dios, lo cual Dios permitió justa y sabiamente, para castigar a los israelitas por haberla profanado; que, quitando las pretensiones de su insensata confianza, podría humillarlos más profundamente y llevarlos al verdadero arrepentimiento; y que los filisteos podrían por este medio estar más efectivamente convencidos del poder omnipotente de Dios, y de su propia impotencia, y de la de sus dioses, y así se podría poner fin a sus triunfos y rabia contra los pobres israelitas. Así, así como Dios no perdió con este evento, tampoco los filisteos ganaron con él; e Israel, considerando todas las cosas, recibió más bien que daño. Los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, fueron muertosSi Elí hubiera cumplido con su deber y los hubiera apartado del sacerdocio, podrían haber vivido, aunque en desgracia. Pero ahora Dios toma la obra en sus propias manos y los expulsa del mundo con la espada de los filisteos.

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