Todo Judá se presentó ante el Señor con sus pequeños, a quienes solían presentar ante el Señor en tiempos de gran angustia, para animarse a oraciones más fervientes, con los ojos puestos en sus hijos inofensivos y tiernos; y para mover a Dios a compasión, porque Dios ha declarado que será vencido por métodos como estos.

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