Nabucodonosor vino, y todo su ejército, contra Jerusalén para castigar a Sedequías por su rebelión y perjurio; porque, en contra del juramento solemne que había hecho, había estado tramando y esforzándose por rebelarse contra el rey de Babilonia y sacudirse su yugo. Construyeron fuertes contra ella alrededorPara evitar que todos los suministros de hombres y provisiones entren en la ciudad, y que desde allí, con las artes de guerra que tenían entonces, pudieran golpear las paredes, disparar flechas y arrojar dardos o piedras en ella. Antiguamente Jerusalén estaba rodeada por el favor de Dios como con un escudo, pero ahora su defensa se ha apartado de ellos, y sus enemigos la rodean por todos lados. El asedio duró dos años. Al principio, el ejército sitiador se retiró por miedo al rey de Egipto, que vino a ayudar a Sedequías; y luego Jeremías trató de salir de la ciudad, para ir a la tierra de Benjamín, pero fue obstaculizado, apresado y encarcelado, Jeremias 37:11. Los caldeos, al descubrir que el faraón no era tan poderoso como supusieron al principio, pronto regresaron, como Jeremías había predicho que lo harían, con la resolución de no abandonar el sitio hasta que se hubieran hecho dueños del lugar.

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