La mujer fue a la gente en su sabiduría, trató con prudencia con ellos al respecto, representándoles la certeza y la cercanía de su ruina, si no cumplían rápidamente con sus deseos, y una liberación segura si lo hacían. Inmediatamente obedecieron y cortaron la cabeza de Saba. Tocó una trompeta y se retiraron de la ciudad. Levantó el sitio y se fue a casa. Por esto parece que era habitual descargarlos, así como convocarlos, con el sonido de la trompeta.

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