Pero cuando su corazón se enalteció, las expresiones aquí tienen una fuerza peculiar, al marcar la altiva insolencia del rey Nabucodonosor. Su autoridad, como se menciona en el último versículo, se había elevado al nivel más alto; y por eso encontramos aquí que su mente estaba eufórica y su espíritu se volvió obstinado en el orgullo y la arrogancia; En lugar de atribuir todos sus honores y ventajas al verdadero dador de ellos, el verdadero Dios, a quien había sido llevado a reconocer, y al descuido de quien, y de mejorar por los sufrimientos de su abuelo, el profeta atribuye justa y juiciosamente el de Belsasar. destino. Tú, su hijo, etc., no has humillado tu corazón No te has hecho consciente de tu propia debilidad absoluta y de tu absoluta dependencia de Jehová, el Dios verdadero, quien humilló así a tu padre en medio de su poder y orgullo.

Sino que te has levantado contra el Señor del cielo como si hubieras sido igual o incluso superior a él en sabiduría y poder. El menciona en cuatro detalles: 1º, Han traído los vasos de su casa delante de ti para profanarlos en tus fiestas idólatras: 2d, Has alabado a los dioses de plata y oro, etc., que no ven , etc. 3d, no has glorificado al Dios verdadero, en cuyas manos está tu aliento y todos tus caminos; sí, cuarto, lo has deshonrado, ofendido y reprochado en gran manera.

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