Os presento los propongo a vuestra consideración y vuestra elección. De modo que si una maldición debe ser su porción, en lugar de una bendición, y usted se encuentra en una situación desastrosa y miserable, y no en una condición próspera y feliz, debe agradecer por ello. Esto lo explica más ampliamente en el capítulo 28. Y toda la parte histórica del Antiguo Testamento da testimonio de que Dios hizo que les acompañara una bendición o una maldición, según observaban o infringían sus leyes.

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