He aquí, pongo delante de ti hoy una bendición y una maldición;

Ver. 26. Una bendición y una maldición. ] Con el camino a cualquiera, para que si fracasas, no tengas nadie a quien culpar más que a ti mismo. Porque a menudo ocurre que mientras "la necedad del hombre pervierte su camino, su corazón se irrita contra el Señor". Pro 19: 3

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