Vuestros ojos han visto. Algunos de ellos habían visto todas las grandes cosas que se habían hecho por ellos en Egipto, en el mar Bermejo y en el desierto; y todos habían visto algunos de sus poderosos actos a favor de ellos. Como si hubiera dicho: Vosotros mismos habéis experimentado la bondad y el poder de Dios y, por tanto, debéis ser los más afectados por ello. Lo que nuestros ojos han visto, especialmente en nuestros días de juventud, deberíamos mejorarlo mucho después.

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