Con todo el deseo de su mente Con pleno propósito de fijar su morada y dedicar todo su tiempo y sus fuerzas al servicio de Dios. Parece que los varios sacerdotes iban a venir de sus ciudades al templo por turnos, antes de la época de David; y es seguro que lo hicieron después. Pero si alguno de ellos no estaba satisfecho con esta atención a Dios en su tabernáculo, y deseaba más completa y constantemente dedicarse al servicio de Dios allí, se le permitió hacerlo, porque se trataba de un acto eminente de piedad, unido a sí mismo. -negación, separarse de esas grandes comodidades de las que disfrutaba en la ciudad de su posesión.

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