Fuera de Egipto, circunstancia que agravó grandemente su pecado, que debían hacer así con un pueblo que había estado durante mucho tiempo agobiado por dolorosas aflicciones, a quien las leyes de la naturaleza y la humanidad debían compadecerse, y por cuyo rescate Dios había tenido en tan gloriosa suerte aparecieron de una manera que no podían ignorar. Y no temía a Dios. Aunque temían a Israel, a quien no se atrevían a mirar a la cara, sino que le cortaban el trasero, no temían a Dios , sino que actuaban de manera vil e inhumana, despreciando la autoridad divina y todos los interposiciones milagrosas de la divina providencia en favor de esa nación elegida. De modo que, aunque su conducta fue bárbara para con Israel, desafiaron al gran Jehová.

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