Tus hijos y tus hijas serán entregados Cuando hayas provocado la justicia divina para que te entregue en manos de tus enemigos, no te quedará nada que puedas llamar tuyo. Tus mismas esposas e hijos serán presa de tus enemigos; serán quitados de ti y entregados o vendidos a otro pueblo por aquellos que te han conquistado y tomado cautivos. Tus ojos se desmayarán o se consumirán, en parte de dolor y abundantes lágrimas, y en parte de fervoroso deseo y larga y vana expectativa de su regreso. No habrá en tu mano poderío, ni poder para rescatar, ni dinero para rescatarlos.

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