Sal, sin prescribir cuánto limita todos los demás gastos, excepto la sal, que era de bajo precio y de uso muy común y necesario en todos sus sacrificios; y por lo tanto, como no quería que se le impidiera ningún sacrificio, no prescribió ninguna medida, sino que les permitió tomar todo lo que consideraran necesario. La suma aquí ordenada, en plata, asciende a treinta y cinco mil trescientas libras esterlinas; el trigo a ochocientas fanegas; el vino a doce o trece tonterías; y el aceite en la misma cantidad, lo que demuestra la generosidad principesca de Artajerjes.

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