Ciertamente mis sábados guardaréis. Esto se había mencionado tres veces antes, Éxodo 16:23 ; Éxodo 20:8 ; Éxodo 23:12 ; pero parece que se repite aquí para que no piensen que la obra sagrada ordenada en este capítulo justificaría que intervinieran en el santo descanso de ese día. Por tanto, es mejor traducir la cláusula: No obstante, guardaréis mis sábados; porque אךְ ach es a menudo una partícula exceptiva, y así lo traducen aquí Arias, Montano, Le Clerc, Junius y Tremellius. Es una señal entre tú y yo. Algunos comentaristas tardíos han citado a Poole aquí, de la siguiente manera: “El sábado es una señal quíntuple; 1 °, conmemorativode la creación y dominio de Dios sobre ellos y todas las cosas, a quienes por la presente profesan su sujeción. 2d, indicativo , mostrando que fueron hechos para ser santos, y que su santificación no podía obtenerse de nadie más que de Dios, como se deduce aquí y de la observación de los días y nombramientos de Dios. 3d, Distintivo , por el cual se reconocieron a sí mismos como el pueblo peculiar del Señor, por la observancia religiosa de esos sábados, que el resto del mundo descuidó enormemente y se burló profanamente de ellos. Cuarto, Prefigurativo del reposo que Cristo debería comprarles, es decir, un reposo de la carga del ceremonial, y de las maldiciones y rigores de la ley moral, como también del pecado y de la ira de Dios para siempre, Heb 4: 5. th, Confirmativo, asegurándoles ambos de la buena voluntad de Dios para con ellos, y que, como él bendijo el día de reposo por amor a ellos, así los bendeciría en el uso santo del mismo, con bendiciones temporales, espirituales y eternas; y asegurando a Dios de su posición, y que permanecerían firmes en el pacto hecho entre Dios y ellos. De modo que esta fue una estipulación o ratificación mutua del pacto de gracia de ambas partes ". Ciertamente, la institución del sábado fue un gran ejemplo del favor de Dios y una señal de que los había separado de todas las demás personas; y su observancia religiosa fue un gran ejemplo de su deber para con él. Dios, al santificar este día entre ellos, les hace saber que él los santificó y los apartó para su servicio, de lo contrario no les habría revelado sus santos sábados, para ser el sostén de la religión entre ellos. Los judios, al observar un día de cada siete, después de seis días de trabajo, testificaron que adoraban al Dios que hizo el mundo en seis días y descansaban el séptimo; y así se distinguieron de otras naciones que, habiendo perdido primero el día de reposo, el memorial de la creación, perdieron gradualmente el conocimiento del Creador y dieron a la criatura el honor que le correspondía únicamente a él.

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