No subiré en medio de ti con mi propia y especial y misericordiosa presencia, como hasta ahora lo he hecho, sino que me apartaré de ti. En cumplimiento de esto, Dios quita su tabernáculo fuera del campamento. Solo cumpliré mi promesa a tus padres y enviaré un ángel para que la cumpla, pero no te mostraré ninguna bondad especial y más. No sea que te consuma en la forma en que tus pecados no sean agravados por mi presencia y mi favor, y por eso me provoquen por completo para destruirte. Entonces Dios muestra que su perversidad hace necesaria esta severidad para ellos, y que él, incluso en su juicio, recuerda la misericordia hacia ellos.

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