Entonces vino a mí la palabra del Señor con una seguridad satisfactoria para sí mismo, de que era palabra del Señor, y no un engaño. Antes que te formase en el vientre , es decir, en el útero. Habiendo hablado antes sobre el momento de su llamado, ahora habla de la manera en que lo hizo. Te conocí Es decir, te tuve en mi opinión, o te aprobé como un ministro apto para esta obra, en el mismo sentido en que se dice, Hechos 15:18 , Conocidas de Dios son todas sus obras desde la fundación de la mundo; contempló el plan de ellos, y lo aprobó en su mente, antes de crearlos y traerlos a la existencia.

Te santifiqué, te aparté en mi consejo para ejecutar el oficio de profeta. Tenemos ejemplos de una designación similar a la mencionada aquí, en Juan Bautista y San Pablo, como verá el lector si consulta los textos a los que se hace referencia en el margen. Y te nombró profeta para las naciones. Él habla así a Jeremías, no a los otros profetas, porque necesitaba más aliento que ellos, tanto en lo que respecta a la ternura de sus años como a las dificultades que iba a encontrar. Y te di por profeta a las naciones, a otras naciones además de los judíos.

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